"...
No hay Religión, Filosofía o Ciencia Más Elevada que la Verdad, y
no es Propiedad de Nadie, Excepto del Espíritu Libre e Incluyente
que se Encuentra en el Interior de Todos y Cada Uno de Los Seres Del
Universo..."
Las
palabras de BUDA son iluminadoras: "No hemos de
creer en lo dicho, simplemente porque fue dicho; ni en los escritos
de los sabios, porque han venido de ellos; ni en las fantasías, que
han sido inspiradas por un Deva (ángel o una supuesta inspiración
espiritual); ni por la mera autoridad de nuestros instructores o
maestros; sino que hemos de CREER cuando lo dicho o escrito, esté
corroborado por nuestra razón y Conciencia. Por eso enseñé a no
creer lo que oyen decir, sino que, cuando lo crean conscientemente,
Actúen De Acuerdo y Plenamente".
Son
muchos los que tratan de monopolizar la Verdad a través de una
Religión, de una Doctrina o una Filosofía. No se puede limitar lo
Ilimitado. No se puede encerrar a Dios en un “libro sagrado” y
decir que es la “Suprema e Incuestionable Palabra de Dios”. Por
estrechez mental comienzan muchas guerras.
¿Cuál
es la Verdad?
La
Verdad no pertenece al reino de las palabras, es imposible
escribirla o comunicarla. La verdad no tiene que ver con los libros o
con el sonido, con los cinco sentidos o con una doctrina. Tampoco
pertenece al mundo de la formas o de los símbolos. No pertenece al
espacio mental.
El
Conocimiento Esotérico no pertenece a ninguna escuela, grupo o
religión de algún tipo. La "VERDAD" es la Joya
que pertenece a toda la humanidad, y se encuentra dentro de cada
Ser. Nadie debería “monopolizarla”.
La Verdad se encuentra por doquier, es absolutamente libre.
La
Verdad Libera en sí misma. La “VERDAD”
es una Experiencia Directa, intransferible, una
percepción espontánea e instantánea sin intermediarios, una
expansión del Ser Interno imposible de describir. Todo lo que
pensemos al respecto será una barrera que limitará experimentarla.
¿Cómo
llegar a la Experiencia Directa?
La contemplación
clara y sencilla de la Verdad puede ser realizada desde el Centro
Místico del Corazón.
Experimentar
la Verdad requiere de un
trabajo diario y continúo. Las
cuatro prácticas esenciales,
que abajo recomendamos, han sido comprobadas durante muchos siglos en
diferentes lugares y proveen un camino seguro hacia el progreso. Se
deben Realizar alegremente y hasta donde se pueda. Utilizar siempre
como guía el sentido
común.
- Servicio desinteresado
-
“La
Verdad se halla por doquier, en el aire, en el mar, en el silencioso
retiro de los bosques o en el tumultuoso fragor de las grandes
poblaciones. Para descubrirla deberéis contemplarlo todo con suave
atención y sencillez, más allá del placer de los sentidos y de las
figuraciones mentales que sólo os traerán confusión y
sufrimiento”. (BUDHA)
"La Verdad os hará Libres"
(Jesucristo)
"La Verdad os hará Libres"
(Jesucristo)
La
noción sobre la Verdad, que cada persona posee, es solamente una
pequeña porción de la Realidad que podemos percibir.
Para
ilustrar este tema, os dejamos abajo una de las muchas versiones
sobre una leyenda hindú:
Los
ciegos y el elefante
Había
una vez una aldea poblada por completo de ciegos.
Un
mensajero anunció a los lugareños que un príncipe que venía de
lejos, atravesaba el país a lomos de un elefante. No había
elefantes en estas tierras, y nunca habían oído hablar de ese
animal.
-
¿Qué es un elefante? preguntaron los ciegos.
El
mensajero les explicó que era una bestia gigantesca, y
extraordinaria en todos los sentidos. Esto despertó la curiosidad de
los ciegos y todos querían acercarse al elefante para hacerse una
idea de cómo era.
Todos
a la vez no podía ser. Por lo que se decidió enviar una delegación
de siete personas, que el príncipe recibió amablemente.
Autorizó
a los representantes del pueblo a palpar su elefante el tiempo que
quisieran. Y así hicieron. Tocaron el animal, dieron las gracias al
príncipe, y volvieron a casa.
A su
llegada fueron rodeados y bombardeados con preguntas de los otros
aldeanos.
- “Es
un animal que se asemeja a una alfombra rugosa
golpeada por el viento en un tendedero, o como un gran abanico”,
dijo un ciego que había tocado la oreja.
-
“¡En absoluto!”, dijo uno que había palpado la trompa,
“Es una especie de serpiente muy gorda, muy
nerviosa, con la cabeza peluda y húmeda”.
-
“¡Qué va! Es una bestia enorme como el tronco
grueso de un árbol”, se indignó el que había palpado la
pierna.
- "El
elefante es como dos lanzas". Comento
el que examinó los finos colmillos.
- "El
elefante es como una soga fuerte y gruesa, que
tiene un pincel en la punta.". Éste le había
examinado la cola.
-
"No, no, es como un alto muro",
gritó otro ciego que había estado palpando el costado
del elefante.
- “El
elefante se parece a un tambor colocado sobre
cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con pelo para
afuera.” añadió el que logró tocar al animal en la panza
y las patas.
Todos
se enredaron en una interminable discusión durante horas sin ponerse
de acuerdo sobre cómo era el elefante. Cada uno estaba plenamente
seguro de lo que conocía.
Cada
hombre podía "ver" en su mente sólo lo que podía sentir
con sus manos. Como resultado cada uno se reafirmaba en que el
elefante era como él lo sentía. Ninguno escuchaba a los demás.
Afortunadamente
su conflicto no tuvo un final violento, pero la mayoría de los
lugareños todavía no saben como son los elefantes. Solamente tres
ciegos que se consideraban muy sabios, decidieron hacerse ayudar, y
fueron a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de
ver al elefante con sus propios ojos.
El
conflicto es tan viejo como la historia misma. El ser humano siempre
ha intentado conocer su mundo y conocer la Verdad. Aunque esto no es
fácil ya que no todas las personas ven de la misma forma.
Este
viejo cuento de la India descubre una de las causas de la falta de
entendimiento entre las personas y la carencia de sabiduría en la
mayoría.
Referencias:
Redondo Segura,
Francisco - “Luz diamantina” - Mithila@ono.com
Serge Raynaud de la
Ferrière – “Yug Yoga Yoguismo” - Ed. Diana
La Verdad es hija de la Sabiduría y del Amor. En una vida terrenal polarizada, la Sabiduría corresponde al Intelecto, y el Amor al Corazón. Sólo de un equilibrio entre ambos nace la Verdad. Namaste.
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