13 de julio de 2014
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Una mala intención te puede
dar una lección. Todo depende si estás listo para escuchar la oración. La
oración de la vocación en la serenidad de la ocasión.
Nada está libre de oración.
Sólo los necios no la encuentran en ninguna ocasión.
Para percibir la oración,
basta sentarte en una ocasión y la palabra saldrá de donde menos la esperas en
esa situación.
Escucha y oirás tu propia
oración en el sendero de la vida llena de ocasiones para desarrollar tu
vocación. Una vocación para contemplar la oración que es la vida.
Ve, levántate… camina… y encuentra tu ocasión para encontrar esa oración que te llevará a la ilusión de estar donde siempre habías estado pero tu falta de visión había hecho que te perdieras la ocasión para captar la Divina Oración.
La felicidad está
precisamente en saber capturar esa especial ocasión que revelará esa especial
oración.
¿Qué más quieres?
¿Estás dispuesto a
descubrirla?
¿Descubrir qué?
La ocasión para descubrir la
oración.
No tengas miedo.
¡Encuéntrala!
Acaso ¿no quieres llegar a
casa?
¡Qué esperas!
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